Para entender a qué me refiero tengo que explicar antes algunas ideas sobre qué es para mí un buen regalo. El primer punto es obvio, un buen regalo es algo que le guste a la persona que lo va a recibir. Pero esta es una condición necesaria aunque no suficiente ya que tiene que ir acompañada de otro matiz: un buen regalo es aquel que la persona que lo recibe no se compraría por sí misma. Hay muchas causas para esto: la falta de conocimiento de la existencia de ese regalo, la situación geográfica del mismo, etc. Pero sin duda, la más común y en la que nos vamos a enfocar, es la causa económica.
Este año, las familias han tenido que sacrificar muchas cosas que se habían convertido en hábitos en los años anteriores. Lujos como un quinto abrigo negro, la manicura una vez a la semana, o cenas en buenos restaurantes todos los fines de semana, habían pasado a ser, en muchos casos, terrenales. Pero al apretarse el cinturón, hay que sacrificar ciertas cosas como éstas porque comer, hay que seguir comiendo, y los niños, tienen que seguir yendo al colegio.
Es ahora cuando vivimos el proceso inverso al de los años anteriores ya que los hábitos terrenales vuelven a convertirse en lujos y todos sabemos que cuesta mucho menos acostumbrarse a lo bueno que a lo malo. Por eso, creo que la gente tiene aún el sabor en la boca de estos lujos y están deseando volver a probarlos.
Por lo tanto, estas Navidades, regalar es más fácil que nunca. Sólo hay que fijarse en dónde ha hecho mella la crisis a esa persona que quieres regalar y verás cómo harás un buen regalo.Más información en www.carambolaregalos.com
